sábado, 26 de marzo de 2016

EL SUEÑO DE JESÚS HOY - LECTURA

¿QUÉ FALTA PARA QUE EL EVANGELIO DE JESÚS SEA ANUNCIADO Y VIVIDO HOY EN NUESTRO CONTEXTO NACIONAL Y LATINOAMERICANO COMO ESA AUTÉNTICA BUENA NOTICIA QUE TRANSFORMA NUESTRA VIDA Y LA VIDA DE LA COMUNIDAD?
Voy a partir tomando como referencia la Primera carta de Juan 2,6: “El que dice que está unido a Dios debe vivir como vivió Jesús”. Para entender esta cita bíblica hay que comprender el hecho revelado con la encarnación de Dios en un hombre nacido en Nazaret, es un reto y un compromiso gigantesco; porque asumir un estilo de vida al estilo de Jesús es optar radicalmente por los pobres, por los que sufren como lo plantea el Sermón del Monte en Mateo 5, 1 – 12  o el Sermón del llano dedicado a los dichosos y a los desdichados como lo argumenta Lucas 6, 20 – 26. A mí personalmente, me encanta más el escrito de Lucas, porque el médico griego, en su relato plantea unos elementos que se hacen presentes en nuestra realidad como lo son la pobreza: con la pobreza se llega hasta la extrema pobreza como lo es la miseria. Si enfocamos lo que plantea Lucas, la miseria en nuestro contexto colombiano es muy fuerte, porque choca con el contraste de la opulencia y la riqueza que es producto de la corrupción y del narcotráfico, y tal vez, esto mismo pasa en Latinoamérica, porque muchos de nuestros países, no asumen la responsabilidad social para con los pobres, y más bien los descartan y los dejan a su suerte. Entonces los cinturones de miseria y pobreza se establecen en las ciudades en busca de alternativas que les permitan obtener algunos recursos para tratar de sobrevivir. Esta opulencia de los que tienen va en detrimento social de esos pobres que cada día crecen por las mismas políticas del Estado quien, premia a los pobres para que tengan hijos y a cambio les brindan un subsidio para apaciguar la pobreza; así de sencillo es como funciona por ejemplo el programa Familias En Acción, tienen más hijos y creen los pobres que con ese proyecto económico y así salen de su letargo monetario. Este factor de pobreza es aprovechado también por aquellos que hablan de Jesús como alternativa y, resulta que explotan aún más a estos pobres con el llamado diezmo. Hoy en Latinoamérica, las nuevas denominaciones religiosas explotan más a los pobres por la falta de educación y por desconocimiento de las mismas personas por ejemplo de las Sagradas Escrituras o del Evangelio
San Lucas toca otro elemento como lo es acompañante de la pobreza y lo es el hambre, ese hambre que circunda en nuestros contextos hasta ver morir a niños y niñas en nuestro territorio por no tener con que alimentarse. Vemos como en Colombia esto ocurre y, sin embargo, la sociedad no se inmuta con lo que pasa en la Guajira por ejemplo, en donde los niños se mueren de pura hambre y de sed por malas políticas gubernamentales y estatales que conllevan a la corrupción, pero también hay que ver que los líderes de estos pueblos indígenas no permiten la ayuda que brindan diversos organismos no gubernamentales por considerar esto como interferencia en su cultura. Un ejemplo de ello, fue que la directora del ICBF que es la entidad encargada de proteger y cuidar a nuestros niños en Colombia recibió una oferta común en ese contesto: “Doctora, le gustaría casarse conmigo, yo pago por usted dos mulas” esto le expresó uno de los líderes wayuu donde han muerto muchos niños de pura hambre pero, que sus líderes son dueños de muchos carneros y chivos que servirían para alimentar a los niños guajiros. Desde esta lógica, se pondría por ejemplo el Evangelio de Juan 4, 5 – 42 en donde Jesús se encuentra con la Samaritana, en este texto se encuentra reflejado el amor de Dios por el hombre, este evangelio sin duda alguna muestra el poder de la razón frente a la sinrazón de la realidad. En el caso mencionado de la guajira, el hecho de no atentar contra una cultura y su identidad para nada justifica el hecho de que mueran personas, especialmente los niños, quienes dentro de esta cultura son como en el contexto de Jesús: los últimos.
Otro elemento planteado en el evangelista es la tristeza que se denota en la persona y en la sociedad. Hoy vemos que esa tristeza termina por lo general en llanto, porque la tristeza toca sin duda alguna los sentimientos de las personas, y cuando se toca la parte afectiva, esto hace susceptible a la persona y en consecuencia, al tocar esta parte salen a relucir lo que se siente y se vive. Hoy nuestra sociedad, especialmente los jóvenes y niños viven en una total desesperanza por muchos factores como la separación de sus padres que en su gran mayoría son unos irresponsables al traer a tantos niños simplemente por vivir momentos de placer y, dejar esa responsabilidad tan hermosa de ser padres a los abuelos. Basta con ir a un colegio donde exista el preescolar y la primaria, en donde se celebra es el día de los abuelos y no se celebra el día del padre o de la madre. Otro factor que ha ayudado a incrementar la tristeza es la soledad en la que viven estos jóvenes y niños ya que sus padres se han lanzado al mundo laboral: trabajar es la primera opción y los hijos pasaron a un segundo lugar, y en consecuencia, al estar solos los niños y jóvenes son acogidos por la mundialización de la Internet y todas sus redes que se convirtieron en una herramienta prodigiosa para la educación, pero también nefasta, porque a través de las llamadas redes sociales muchos se aprovechan para conducirlos al mundo de las drogas, de la prostitución y de la esclavitud. Claro está, por ejemplo, Lucas en su evangelio que es pura misericordia, nos presenta un relato en la que se ve la interacción con una prostituta: en Lucas 7, 36-8, se habla de Jesús y de una prostituta que ama, con un añadido sobre las mujeres que le quieren y le cuidan, le siguen y le sirven. Sería bueno relacionar la prostituta del principio, que aparece sin nombre, con las mujeres del final de la vida terrenal de Jesús (María la Magdalena, Juana y Susana). Pero aquí vemos a la prostituta que quiso a Jesús y que hoy representa a los millones de necesitadas y necesitados que siguen llamando a las puertas de nuestro amor de nuestra justicia y de nuestra solidaridad, en pleno siglo XXI. En el contexto de Jesús, la prostitución en muchos casos se realizaba con el propósito de ponerse al servicio de alguien, hoy significa tal vez lo contrario, y de allí que el pan nuestro de cada día sea el abuso por la soledad en la que se encuentran muchos de los abusados.
Y el último elemento es la persecución y el desplazamiento que se vive por muchos factores: como la pobreza y la violencia. No es que la pobreza sea sinónimo de pobreza pero están relacionados. ¿Cuántos niños y jóvenes no asisten a la escuela hoy? La respuesta tal vez es sorprendente, porque a pesar de las tantas oportunidades que brinda por ejemplo el Estado colombiano para que acudan a los centros de estudio, pocos son los que lo hacen porque otras alternativas ofrecen algo que al pobre le llena y le satisface sus necesidades como lo es el dinero. Ese dinero, que en muchos de los casos proviene del producto de lo ilícito como el mundo de la drogas, de la prostitución o de la delincuencia. En el caso colombiano, un delincuente menor de edad recibe una pena condenatoria por un delito casi que irrisoria, en algunos casos reciben casa por cárcel o detención en un lugar denominado casa del infractor, de donde por lo general se fugan. Ahora, los generadores de esta violencia juvenil, producen persecución por sus bandas criminales que atemorizan a nuestro futuro generando un desplazamiento en las ciudades que cada día se atemorizan por esa violencia.
Desde estos cuatro elementos planteados por Lucas, Jesús opta por estos pobres, porque son ellos los llamados a transformar desde el cambio de mentalidad la realidad de todos los contextos de nuestra sociedad.
Ahora desde la perspectiva de vivir al estilo de Jesús, hay que tener presente la compasión como un principio de actuación, porque desde la compasión es como Dios se hace presente en la persona de Jesús con el pobre, es desde este principio como Jesús proyecta la imagen de Dios. Al respecto, José Antonio Pagola en el libro Volver a Jesús de Nazaret argumenta: “Jesús nunca habla de un Dios indiferente, frio, desentendido de los hombres, de espaldas a nuestros problemas… Tampoco vemos que Jesús presenta a un Dios preocupado por sus intereses, su gloria, su liturgia, su templo, su sábado…La preocupación de Dios somos nosotros. Ni habla tampoco de un Dios que quiere dirigir el mundo con las leyes naturales que ha introducido el Creador en la misma realidad de la creación. En el sustrato de la experiencia de Dios que tiene Jesús está que Dios es compasivo, tiene entrañas; la compasión es la reacción primera de Dios ante sus criaturas. Por así decir, lo primero que Dios siente al mirarnos es compasión. Jesús dice que Dios siente hacia sus hijos e hijas lo que una madre siente hacia el hijo que lleva en sus entrañas; es decir, Dios nos lleva en sus entrañas” (Pagola, 2011) Sin duda alguna, Pagola nos muestra que Jesús de Nazaret quiere apaliar con su testimonio lo que Dios hace al experimentar la realidad humana hasta el punto de presentarlo como una mujer de parto.

RODRIGO LUIS CASTAÑO VERGARA





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